Tras un primer semestre con uno de los índices de conflictividad laboral más bajos del último cuarto de siglo, el movimiento sindical endurece la crítica al gobierno de turno.
El presidente del Pit-Cnt, Fernando Pereira, reivindicó la decisión de realizar un paro general de 24 horas, en reclamo de diferentes problemáticas sociales. En conferencia de prensa, el dirigente indicó que se espera que el «Poder Ejecutivo tome nota» y agregó: «Yo prefiero que cierren los números sociales a que cierren las cuentas fiscales, no es que desconocemos el déficit fiscal, es que el déficit social es mucho más importante».
Pereira hizo referencia además a aquellas personas que no apoyaban la medida y que impulsaron un hashtag (o etiqueta) a través de Twitter denominado #YoNoParoEl17. «Se nos dice que este es un paro político, y si, todos los paros son políticos, no son políticos partidarios, son políticos sociales», indicó.
«Muchos no han entendido que cuando tienen un salario vacacional es porque un día un sindicato lo logró, que cuando reciben un aguinaldo es porque un día un sindicato lo logró, cuando ejercen el derecho a la licencia es porque un día un sindicato lo logró» , expresó y aseguró que también a esos sindicatos se les realizaron «los mismos reclamos «.
Por otra parte, Marcelo Abdala, secretario general de la central sindical durante una conferencia de prensa, consideró que este «ha sido un paro muy importante, extenso, amplio, que ha convocado a varios sectores de la sociedad. Es un día de menos movimiento que un domingo de poco movimiento», indicó. En la misma línea Pereira agregó: «Este paro ha tenido un «gran acatamiento», aseguró.
Abdala recordó las reivindicaciones que llevaron a realizar el paro y expresó: «Espero que todo el mundo tenga los oídos amplios, que todos mejoremos nuestra capacidad de escucha, de empatía».
«Anunciábamos antes de la elección que si se pensaban ahorrar US$ 900 millones se iban a ver comprometidas áreas sensibles. Hoy hay proyectos presentados en el Parlamento que no tienen financiamiento, de la Anep y de varios organismos», expresó Pereira.
«Este movimiento sindical no se puede apartar de los problemas cotidianos que viven los uruguayos. No estamos pidiendo un salario básico de emergencia para trabajadores afiliados al Pit- Cnt, sino principalmente para trabajadores informales que de un día para el otro se quedaron sin ingresos «, indicó.
El presidente de la central sindical también hizo referencia a los desalojos y a la necesidad de evitarlos principalmente teniendo en cuenta el contexto de pandemia actual. En la misma línea mencionó la importancia de cuidar la salud de todos los actores de la sociedad y recordó que todas las movilizaciones realizadas por el Pit-Cnt en los últimos meses se hicieron cumpliendo con las medidas sanitarias.
«Yo prefiero que cierren los números sociales a que cierren las cuentas fiscales», indicó Pereira. «Mañana se podrá discutir si las ideas del Pit-Cnt son las más adecuadas, si hay políticas sociales compensatorias, si hay mejores ideas nosotros las vamos a abrazar desde el primer momento, no nos creemos dueños de la verdad», expresó.
Se trata del primer paro general de 24 horas bajo la administración del presidente Luis Lacalle Pou, en medio de la campaña electoral hacia las departamentales del 27 de setiembre. El hecho marca el fin de la paz sindical con este gobierno.
La medida se realiza con 15 «puntos de agitación» en diferentes zonas de Montevideo en rechazo a la Ley de Urgente Consideración (LUC), el proyecto de ley de Presupuesto Nacional y otros reclamos como «más salud», «más salario», «más educación» y una «renta básica», entre otros.
El paro es apenas una muestra de lo que se viene, comentaron fuentes sindicales a El País. En el movimiento sindical hay claras intenciones de promover un referéndum contra la LUC, entre otras medidas de “lucha” contra la administración Lacalle Pou.
El gobierno es consciente de que deja atrás un semestre con muy baja conflictividad laboral, a causa en buena medida de la pandemia del coronavirus, del confinamiento y del “buen manejo” de la crisis sanitaria.
Los datos los confirma el Índice de Conflictividad Laboral que elabora la Universidad Católica, en el que se constató que en los primeros seis meses del año hubo solo 19 conflictos que derivaron en la interrupción de actividades. Se trata de la cifra más baja del último cuarto de siglo, solo comparable con el primer semestre de la primera administración del Frente Amplio.
De todas maneras, esto parece estar llegando a su fin. Al menos eso evidencia el salto en la conflictividad registrado en los últimos dos meses (solo julio y agosto superan a todo el primer semestre).
Según el cientista político Fernando Carracedo, especializado en Relaciones del Trabajo, la historia reciente muestra que “los conflictos se dan cuando entra en discusión parlamentaria el proyecto de ley de Presupuesto”, y eso hace suponer que “en los próximos dos meses la conflictividad laboral seguirá en aumento”.