
Lo que sigue no es más que un intento de bajar a tierra lo que se conoce con el nombre de TISA (por sus siglas en inglés: Trade In Services Agreement) para que la información se democratice y se haga transparente.
¿Qué es lo que se negocia en el TISA?
El objetivo de este acuerdo es liberalizar el comercio y la inversión en servicios, y aplicar normas regulatorias favorables al capital en todos los sectores, incluyendo servicios públicos.
¿Cuáles servicios?
El acuerdo incluye todos los sectores relacionados con los servicios, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), la logística y el transporte, construcción, suministro de energía, distribución del agua, contabilidad, marketing, publicidad, el sector bancario y de seguros, educación, salud y mucho más.
Pero ¿qué es lo que buscan?
Los países centrales buscan reducir al mínimo las fronteras económicas, los sistemas de regulación que protegen el desarrollo productivo nacional, los derechos de los trabajadores y la existencia de empresas públicas, para facilitar la penetración de las Empresas Transnacionales, que serían las principales beneficiarias.
Se busca conceder a los proveedores extranjeros acceso libre en condiciones no menos favorables que las de los nacionales y restringir la capacidad de los gobiernos para mantener o adoptar normas proteccionistas. Lo cual podría cambiar en forma drástica la regulación de los servicios públicos que sustituirían las “regulaciones estatales” por las “leyes del mercado”. El interés de lucro de las corporaciones privadas extranjeras se impondría sobre el interés social.
¿Cuándo comienza este asunto?
Las conversaciones secretas para constituir este acuerdo comenzaron a principio de 2012, pero se oficializaron recién en marzo de 2013
¿Quiénes lo integran?
Actualmente integran el acuerdo Australia, Canadá, Hong Kong, Islandia, Israel, Japón, Liechtenstein, Nueva Zelanda, Noruega, Paquistán, Corea del Sur, Suiza, Taiwán, Turquía, Estados Unidos, los 28 miembros de la Unión Europea y siete países de América Latina: Chile, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Paraguay y Perú. En 2013 solicitaron participar de las negociaciones China y Uruguay. Nuestro país fue aceptado, China todavía no.
¿Quiénes pueden ingresar?
Si bien cualquier miembro de la Organización Mundial de Comercio (OMC) puede integrar el TISA, el mismo se negocia al margen de la OMC evitando así que se discutan los reclamos históricos de los países más pobres, entre otros, la eliminación de los subsidios agrícolas que utilizan como política proteccionista los países centrales.
¿A qué se comprometió nuestro país al ingresar?
A principios de mayo de 2014, el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht manifestó que «La Unión Europea celebra el interés de Uruguay por unirse a las negociaciones del TISA y respalda firmemente su participación de ahora en adelante».
Afirmó, además, que el ministro uruguayo de Exteriores, Almagro Lemes, ha garantizado que su país «comparte los objetivos de las negociaciones del TISA» y que «respetará los resultados de la negociación logrados por otros participantes si se une» a ellas.
Es decir, al solicitar el ingreso a las negociaciones, nuestro gobierno decía compartir los objetivos y se comprometía a respetar lo acordado hasta el momento por quienes ya participaban.
¿Qué consecuencias podría tener para nuestro país?
reducirá la soberanía nacional, porque se perderá control de la economía. Afectará la democracia, porque los acuerdos adquieren carácter supra constitucional. Los inversores extranjeros obtendrán protección respecto a las reglamentaciones restrictivas, no importa si las mismas estén diseñadas para proteger el medioambiente, la salud, seguridad pública, estabilidad financiera o para garantizar el acceso universal a los servicios. Los derechos laborales y los ingresos de los trabajadores, activos y pasivos, también podrán ser puestos en cuestión generando un deterioro significativo los mismos.
¿Y las empresas públicas?
El TISA debilita la posibilidad de mantener y ampliar un sistema de empresas públicas, que actualmente se caracteriza por: preservar la soberanía nacional en importantes ámbitos económicos y por ser democrático en tanto depende plenamente de la legislación nacional. También debilita la posibilidad de mantener en manos del estado servicios que atienden las necesidades sociales, y prestar servicios universales de alta calidad para la población.
¿Nada queda afuera?
Si bien excluye los servicios suministrados “en ejercicio de facultades gubernamentales”, los servicios prestados en el ejercicio de dichas facultades están estrictamente definidos como “todo servicio que no se suministre en condiciones comerciales ni en competencia con uno o varios proveedores de servicios”.Esto implica que la mayor parte de los servicios públicos que presta el estado uruguayo quedarían incluidos en la liberalización del TISA (salud, educación, transporte de datos, etc…).
¿Cuándo se supo que nuestro gobierno había pedido el ingreso al TISA?
El 2 de mayo de 2014 ya había cables internacionales que daban cuenta de la solicitud de ingreso de Uruguay. En julio el economista Antonio Elías escribía un extenso artículo en el semanario Voces sobre el tema. Una semana después el periódico La Diaria publicaba una entrevista al canciller Almagro sobre el tema. Dos semanas después Antonio Elías publicaba un segundo artículo sobre el tema.
¿Y por qué entonces el más absoluto silencio desde el ámbito político y sindical que recién se expresan sobre esto hace pocos días?
Al respecto, leer mi anterior artículo EL IGNORADO TISA
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Etiquetas: Antonio Elías, empresas públicas, Empresas Transnacionales, Organización Mundial de Comercio, servicios públicos