CARGA Y DESCARGA
Mientras que la comuna prepara proyecto, la carga y descarga en doble fila es una constante en zonas de la capital de tránsito desbordado. La IMM no tiene vigilancia especial para este tipo de vehículos
Camiones de 20 metros de largo y 40 toneladas circulan a diario por las mismas calles y en los mismos horarios que los autos particulares. Y por el momento, la zona urbana de Montevideo es un área crítica pero inevitable para los camiones de carga y descarga, según dijo a El Observador el presidente de la Intergremial de Transporte Profesional de Carga, Diego Valverde.
Mientras la Intendencia de Montevideo (IMM) desarrolla unproyecto para evitar que los camiones circulen por la ciudad (que se estima estará pronto dentro de dos años), la realidad excede a la normativa vigente: los depósitos se ubican en la zona céntrica de la ciudad y cada vez hay más autos en las calles. En los últimos 10 años, la cantidad de vehículos empadronados prácticamente se duplicó, pasando de casi 100 millones en 2004 a más de 200 millones en 2014, según cifras del Sistema Único de Cobro de Ingresos Vehiculares (Sucive). Del total de vehículos, 66.098 son camiones. Solo en Montevideo hay registrados 15.279.
A la espera del plan, camiones cargados con muebles, madera, telas, alimentos, bebidas, e infinidad de productos siguen transitando en calles angostas, estacionando en doble fila o descargando en la vía pública. Aun así, la IMM no prevé la existencia de un inspector específico para el control de estas actividades. Según explicó a El Observador el jefe del departamento de Inspección y Radar de la intendencia, Óscar Sánchez, el transporte de carga “no requiere otro tipo de vigilancia distinto, ya que el propio inspector se ocupa de tomar las medidas correspondientes si detecta la infracción”.
Falta de límites
Desde 2008, la IMM intenta regular la situación como parte delPlan de Movilidad Urbana. De acuerdo a la normativa, los camiones de carga de hasta 16,5 toneladas (16.500 kilos) pueden transitar por la zona A (que abarca desde el Cerro hasta la costa este, pasando por el Centro) en cualquier horario.
En el listado de calles que la reglamentación sugiere como “preferenciales para la carga” se destacan vías como bulevar España, avenida Brasil, bulevar Artigas, Luis Alberto de Herrera, General Rivera, avenida Italia, entre otras. Todas de uso corriente por los conductores y, por lo tanto, de un alto volumen de tránsito. Las únicas calles que se prohíben son 18 de Julio y la rambla Naciones Unidas. “No hay forma de evitarlas y eso es problemático para nosotros. Sería más fácil decir que tenemos una zona de descarga y evitar el vehículo grande, pero también los costos se elevan”, manifestó Valverde. Hacerlo en vehículos chicos parecería ser la solución más rápida, pero también la menos rentable ya que para trasladar la misma carga serían necesarios, al menos, tres camiones chicos.
Las trancas
Ante esta situación y el creciente número de autos en las calles, los conductores intentan realizar los viajes “en los horarios en que el tránsito está muerto”. Por eso salen a las 5 y 6 de la mañana para viajar cómodamente y conseguir estacionamiento, aunque la carga no inicia sino hasta las 8 con la apertura del local. Pero para cuando termina la descarga, el tránsito ya está en pleno movimiento. A las dificultades para circular se les suman las de cargar y descargar los productos. Según la normativa, los vehículos deben estacionar frente al depósito y trasladar la carga directamente desde el inmueble, sin depositarla en la vía pública. No se detalla un tiempo mínimo pero se debe realizar “con el personal necesario para que finalice rápidamente”.
A largo plazo
Mientras que definir zonas de descarga y de circulación para los camiones aparenta una solución posible a largo plazo, la IMM se enfrenta a un problema mayor: la ubicación de los depósitos. Así lo confirmó Sánchez, del departamento de Inspección y Radar de la comuna, y explicó que gran parte de los locales se encuentran en las áreas de mayor movimiento de la ciudad y “no se le puede decir de la noche a la mañana que se tienen que retirar”. Algunas empresas han mostrado iniciativa al instalarse en la zona perimetral y los accesos, pero el proceso de cambio será largo, ya que el Plan de Movilidad Urbana se proyecta hasta 2020.
Para Valverde, el problema no solo está en la ubicación de los depósitos sino también en el surgimiento de otras actividades en los alrededores de estos. “Pusieron la torre de ANTEL en el puerto y ahora la calle Paraguay o la portuaria es un infierno de automóviles que circulan entre los camiones. Si la prioridad es el puerto entonces que la capacidad sea para los camiones, no para los autos ni los edificios”, opinó. Todo parece estar en manos del proyecto que la Administración Nacional de Puertos y la intendencia iniciaron a fines de 2014, que apunta a crear una zona de actividades logísticas para que el transporte pesado evite ingresar en la ciudad y distribuya las mercaderías en diferentes vehículos más chicos. “Es una de las proyecciones de largo plazo que no responden de un día para otro. El resultado se empezará a ver dentro de dos años”, dijo a El Observador el edil frenteamplista Daniel Arbulo el mes pasado.
Cifras
En los últimos 10 años, la cantidad de vehículos se duplicó: de casi 100 millones en 2004 a más de 200 millones en 2014