El debate arrancó ayer, y se va a ir extendiendo a lo largo y ancho de la sociedad en el correr de junio, hasta definir un consenso sobre qué seguridad social concebimos los uruguayos como más justa, y hasta cuándo admitiremos la existencia de lucro.
Las AFAP, surgidas con la ley de 1995 (gobierno colorado de Julio Ma. Sanguinetti con la nacionalista Ana Lía Piñeyrúa, como titular de la cartera de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), cobran comisiones y primas de seguros -siempre resistidas por los sindicatos de trabajadores y las entidades que nuclean a los pasivos- pero ingresarían en una nueva etapa. El actual MTSS, a cuyo frente se encuentra Eduardo Brenta, enviará al Parlamento un proyecto que permitirá las desafiliaciones, aunque no ha sido precisado aún en qué circunstancias será ello admitido. Todo depende de la extensión a que llegue el debate, y las fórmulas que se manejen.
En la pasada jornada se reunieron representantes de la central de trabajadores PIT-CNT, y de la Organización Nacional de Jubilados y Pensionistas (Onajpu), entre otras entidades, y expresaron su compromiso de dar la batalla para que nunca más haya lucro en la seguridad social. Fuentes del BPS dijeron a LA REPÚBLICA que el aporte previsional a las AFAP oscila cada mes, entre los 70 y los 72 millones de dólares. A marzo, el sistema tenía 1.458.919 afiliados, entre el sector estatal y el privado.
Cada una de las tres Afap (República Afap, Afap Sura, Unión Capìtal), tienen costos diferentes: “Casi una tercera parte de lo que un trabajador transfiere al sistema, se va en comisiones y primas”, señaló Ariel Ferrari, representante del PIT-CNT en el directorio del BPS. “Es mucha plata”, comentó Sixto Amaro, vocero de los pasivos en la conducción del BPS, al finalizar la reunión de la víspera. “Hace 18 años lo denunciamos y los hechos nos dieron la razón: hay que terminar con el lucro”, subrayó.